Un nuevo comienzo



     ‎Hace años atrás, conocí una pareja de jóvenes esposos que, con bajas y altas, habían logrado sostener el matrimonio por más de una década; pero, llegó ese momento en donde «se reventó el nylon» y todo terminó, y el quebranto emocional en uno de ellos fue tan devastador como un tsunami. Avanzaba día a día la desconfianza en el mañana; uno de ellos estaba hundiéndose por la pesada carga de creerse culpable y de no creer en segundas oportunidades.

     ‎Al pasar de los días, pude decirle entre otras cosas, que en nuestro paso terrenal no vamos a estar exentos de enfrentar situaciones difíciles, imprevistas o anunciadas, turbulentas y hasta dolorosas, que nos fuerzan a recomenzar; pero, aunque para algunos pudiera ser difícil, recomenzar  puede conducirnos a una gran victoria. Insistí en hacerle entender que volver a levantarse tras esa caída, iba a darle un buen impulso a su vida, esta vez con la sapiencia de no redundar en los errores cometidos y con la certeza de que llegará ¡un nuevo comienzo! 

     ‎Hoy en nuestras Reflexiones en Familia, nos deleitaremos con una hermosa porción de la palabra inspirada por Dios, que en Isaías capítulo 43, versículos del 16 al 19 de la Nueva Traducción Viviente, dice: «Yo soy el Señor, que abrió un camino a través de las aguas e hizo una senda seca a través del mar. Yo llamé al poderoso ejército de Egipto con todos sus carros de guerra y sus caballos. Los sumergí debajo de las olas, y se ahogaron; su vida se apagó como mecha humeante. Pero olvida todo eso; no es nada comparado con lo que voy a hacer. Pues estoy a punto de hacer algo nuevo. ¡Mira, ya he comenzado! ¿No lo ves? Haré un camino a través del desierto; crearé ríos en la tierra árida y baldía»

     ‎Amados, en primer lugar, creo infinitamente que esta palabra del Señor demanda olvidar el turbio pasado y no perder de vista lo nuevo; Él nos dice que hará algo nuevo en nosotros, y que ya ha comenzado a hacerlo.

     ‎Querido amigo, si en algún momento estás cediendo al peso de un amargo pasado y te sientes agrietado, frágil o solo; déjame decirte, que Dios está perennemente creando y abriendo nuevos caminos para nosotros; solo nos exhorta a estar atentos y expectantes a lo que Él quiere hacer en nuestras vidas. Sí, querido amigo, Dios nos insta a salir del turbio pasado y confiar en que Él tiene algo nuevo y mejor.

     ‎Querido hermano, al reflexionar sobre esta porción de la Palabra, debo recordarte que parte del plan de Dios para nuestras vidas, pasa por soltar primero el ruinoso pasado y que permitamos que Él nos lleve por un camino a través del desierto; confiando siempre, en que su obra en nosotros es siempre para darnos algo mejor. Igualmente, al decir que creará ríos en tierra árida e improductiva, nos habla de su capacidad para transformar nuestras vidas más allá de lo imaginable; pero, para que en medio de la sequedad de nuestras realidades esto suceda, debes creer en que Dios Padre está al control y va a hacer algo totalmente nuevo en tu vida.

     ‎Si al ver venir al poderoso ejército, con todos sus carros de guerra y sus caballos, te preguntas con aflicción o temor buscando respuesta: ¿Qué seguirá, estoy pagando algo? Pues déjame darte una respuesta, y es que en la vida todo tiene un sentido y un propósito perfecto, aun y cuando creemos que todo está perdido y que es el final. Si decides confiar y creerle a Dios, justo ahí, después del momento más oscuro de tu larga noche es que aparecerá el radiante sol y con él, un nuevo día, ¡un nuevo comienzo! 

     ‎Todo final le abre la puerta a una nueva oportunidad; sí mis amados, oportunidad de vivir otro comienzo, oportunidad de mirar hacia adelante y ver los caminos que tenemos a nuestro favor, oportunidad de poner orden frente a las situaciones vividas, oportunidad para sanar heridas; pero recuerda: no debe ser una oportunidad a la repetición de errores pasados.

     ‎En la Biblia se habla sobre Pablo como ejemplo de un nuevo comienzo; igualmente, encontramos la historia sobre el apóstol Pedro, quien, toda su vida pareciera estar llena de nuevos comienzos. Él, negó a Cristo tres veces a pesar de jurar que no lo haría; pero Dios, quien da segundas oportunidades, lo usó para contribuir a la cimentación de la iglesia. Quizás, tal como en Pedro, Dios esté obrando algo en tu vida, ya que su palabra dice que podemos tener un nuevo comienzo en Cristo, porque sus misericordias son nuevas cada mañana.

     ‎Dios dijo: «Llénense de alegría, porque voy a crear algo nuevo. Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Todo lo del pasado será olvidado, y nadie lo recordará más. Voy a crear una nueva Jerusalén; será una ciudad feliz y en ella vivirá un pueblo alegre» (Isaías 65:17-18, TLA).

     ‎ Señor, ayúdame a confiar en tu palabra con todo mi corazón y a hacer tu voluntad, en el nombre de Jesús, amén.

¡Bendiciones para todos!

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